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Reseña histórica de la fortaleza de San Luis (página 2)



Partes: 1, 2

Según los historiadores Charlevoix y Moreau de St.
Méry, Santiago era una ciudad abierta, que sólo
contaba para su defensa con uno o dos fortines, situados en las
afueras de la población. De acuerdo con el historiador
Don Antonio Del monte y Tejada, nativo de esta ciudad, en su
magnífica obra Historia de Santo Domingo,
al hacer la descripción de la Ciudad de Santiago, dice
que el paseo público o alameda quedaba en el cerro que
existía al Sureste de la ciudad. Este lugar me parece ser
el mismo en donde ahora se asienta la fortaleza San Luis.

A mediados del 1802 o a principios del
1805, y siendo Don Agustín Franco de Medina (y Guerrero),
Jefe de la Municipalidad santiaguesa de acuerdo con instrucciones
del Gobernador Ferrand, se ocupó de acopiar municiones, de
reunir armas, de
depositar víveres, de habilitar cuarteles, de formar
botiquines, y sobre todo, de echar las bases de la actual
fortaleza San Luís en el cerro que hasta ese entonces
ocupaba La Alameda o Paseo público de la ciudad,
preparando a Santiago de manera que pudiera considerarse como una
verdadera plaza fuerte, a fines de que impidiera el
tránsito de los invasores del Oeste en su marcha hacia la
ciudad de Santo Domingo. Para este efecto, se talaron los
árboles, se hizo obra de relleno, se
levantaron algunos rústicos cuarteles, se abrieron zanjas
y con la tierra se
hicieron terraplenes.

Don Ulises Franco Bidó me aseguraba que su abuelo Don
Agustín había dirigido personalmente estos
trabajos, especialmente en el relleno del saliente, que en forma
de quilla de barco, forma parte del amurallado, al Oeste del
antiguo cuartel de Las Banderas, a mano izquierda de la
portada.

En cuanto al nombre de San Luís dado al recinto militar
santiagués, no habrá que dudar que fuera inspirado
por el mismo Señor Franco y Guerrero para honrar al rey
francés San Luís, que es él único
entre los tres San Luis del santoral católico, que era a
la vez santo, rey y guerrero, y tal vez, de paso, para bien
desquitarse con Ferrand, que lo llevaba también en su
nombre, Marie Louis, y de quien era íntimo. Tal nombre de
San Luís, más tarde, cuando la Reconquista,
debió haberse dejado de usar, ya que el despego y la
repugnancia del hispano dominicano por todo lo que tuviese sabor
a francés, era muy marcado, y muy probable es que volviera
a entrar en uso para los 1844-1850 cuando las negociaciones del
Protectorado, primero, y el reconocimiento de la Independencia
Dominicana, después, que se le solicitaban a la nación
francesa.

Para el 1822, de acuerdo con el informe a su
gobierno, de Mr.
Mackensey, Cónsul inglés
en Port-au-Prince, la ciudad de Santiago, sólo contaba con
dos o tres lugares fortificados; pero no se menciona en dicho
informe específicamente a la fortaleza San Luís.
Muy posible es, que tal lugar estuviese en completo cuando no, o
que pasará desapercibido por este mismo abandono. Esto
parece indicar más bien, que tal lugar no fuese habilitado
de modo permanente por las fuerzas haitianas ocupantes, y
sólo lo fuese de tiempo en
tiempo, ya que según la tradición, los vecinos y
hasta algunos comandantes de armas utilizaban sus terrenos para
siembras y crianzas de animales, cosa
que fue muy corriente hasta el 1890, en que tal uso estaba ya en
franca pugna con las órdenes enmanadas del Gobernador
Gral. José Dolores Pichardo y Bethancourt (loló),
que aspiraban a la cabal reorganización del recinto
militar. Los desamparos tan frecuentes de la fortaleza en ese
entonces, ya que los militares comían en casas
particulares, la poca protección defensiva que prestaba la
cerca de circunvalación, consistente de barriles rellenos
de tierra, arena,
y mezclote, hileras de espeques, zanjas y terraplenes, y otros,
la exponían a frecuentes golpes de mano, que casi siempre
obtenían éxito.
Sirvan de ejemplos los siguientes: el del 5 de Agosto del 1874
contra el Gobierno de González, el del 12 de Enero de 1878
contra el último Gobierno de Báez, el del 16 de
Septiembre de 1886 contra el Gobierno de Woss y Gil, y el del 17
de Febrero de 1889 contra el Gobierno de Heureaux.

Los haitianos durante su ocupación del 1821 al 1844,
nada construyeron en Santiago que mereciera la pena de
consignarse, y menos aún, después del terremoto del
42, que todo lo destruyó, y en la fortaleza San Luis,
absolutamente nada, de acuerdo con el recuento de las
pérdidas de edificaciones sufridas por la ciudad debido a
ese sismo. A buen seguro que las
instalaciones del recinto militar se reducirían a lo
mejor, a una serie de ranchetas o barrancones, malamente
entingladas de rústicas costaneras y techadas de yaguas o
canas, y es de presumirse que los españoles, cuando la
anexión, no contaron con el tiempo material ni moral
indispensable para levantar edificación alguna estable,
ocupados como lo estaban, con las operaciones
militares contra los restauradores dominicanos.

El testimonio verbal del Señor Antonio Ottenwalder
(Toño) confirma esto último, ya que siendo muchacho
de 13 o 14 años, iba diariamente a la fortaleza a llevarle
el desayuno y el almuerzo a su padre, que trabajaba de armero de
los españoles, y decía que recordaba perfectamente
la hilera de ranchos cobijados de yaguas que les servían
de cuarteles, hospital, depósitos; que estos se quemaron
con el incendio del 6 de septiembre 1863 que se originó
del lado de afuera, al Sureste, en la casa comercial del
Señor Archilles Michel. Dichos cuarteles eran
destartalados, sin pintar, antihigiénicos, pestilentes, y
en su mayoría estaban situados en la cortina Este, que
hace frente al barrio de Los Pepines.

Durante el Gobierno de Santana, en el  el Congreso
Nacional autorizó la venta de algunos
bienes
nacionales en el Cibao, para destinar su producido a la construcción de algunas obras en Santiago.
Es de presumirse que en ese período se construyesen en la
fortaleza San Luis, la Comandancia de Armas, el Arsenal, y uno
que otro cuartel o cárcel, ya que se hubo de desistir de
la construcción de la Casa de Gobierno, en el mismo sitio
de la Cárcel Vieja, lo cual lo fue para el 1858, por el
Señor Juan Evangelista Gil, Gobernador, de acuerdo con
órdenes de Pte. Santana.

De acuerdo con el testimonio del Señor Francisco
Villanueva, quien prestaba servicios en
la fortaleza en el 1880 para ese año ya estaban
construidos los edificios que ocupaban la Comandancia de Armas y
las cárceles La Rosa y El Clavel, las cuales es posible
que dataran de la época de Santana o de las primeras de
Báez, y el resto de los cuarteles, que eran de
rústicas maderas, techadas de yaguas o canas, fueron
destruidos paulatinamente, para ser reconstruidos de otros
materiales
distintos, entre el 1880 y el 1890, habiendo sido director de
dichos trabajos el Gral. José D. Valverde, quien estuvo al
frente de ellos hasta el 1886 cuando la revolución
de Moya, continuando las obras emprendidas hasta la
inauguración de las dos portadas, la del Norte y la del
Este, (siendo esta última tapiada años más
tarde) y la terminación del amurallado de ladrillos que la
circunvalaba. Tal inauguración tuvo lugar en el 1890,
posiblemente durante la celebración de alguna de las
fechas patrias: 27 de Febrero o 16 de Agosto, cosa que
todavía no hemos podido precisar.- La cancela de hierro que
cierra la portada Norte (la única ahora), fue hecha y
colocada en el 1895, ya que anteriormente se usaban unos
batientes de madera para
cerrarla, y en cuanto al plano inclinado que sirve de aproche a
dicha portada, fue terminado con sus paredes de ladrillos
laterales para esa misma fecha, más o menos. En cuanto a
la Torre y al reloj público que adornan la fortaleza,
fueron regalados por el Pte. Heureaux a la Ciudad de
Santiago.

El reloj había venido meses antes, y se
habían propuesto diversos lugares para su
colocación, pero sin resultados. El constructor de la
torre fue el ingeniero inglés Mr. Bubltwell, el mismo que
colocó los techos en la Iglesia
Parroquial Mayor (hoy Catedral de Santiago Apóstol). Estos
trabajos estuvieron terminados para el 1o. de Mayo de 1886.
Durante el gobierno del Pte. Cáceres en el 1910, se
hicieron sustanciales reformas en el recinto militar con vistas a
acomodar los individuos del Batallón que se destinaba a
esta plaza, a los que siguieron otras no menos importantes de los
infantes de la marina norteamericana que ocupaban este
país en el 1916. Durante esta era de Trujillo se han
efectuado diversas e importantes reformas en la citada fortaleza,
las cuales no detallaremos por carecer de la nómina
de las mismas.Hasta fecha muy reciente, y en el segundo decenio
de este siglo, podía contemplarse, por el frente de la
calle San Luis, un cuadro pintado al óleo en la pared
norte del antiguo cuartel de Las Banderas, hacia la izquierda de
la portada, que rememoraba la terminación de las obras
emprendidas por el Gobernador Loló Pichardo. La
composición pictórica del cuadro era esta: Primera
línea: Fortaleza San Luis; Segunda línea: Reducto
Patriótico, y Tercera Línea: 1890.. En medio y
encima de la inscripción de la primera línea,
presidía un flamante escudo nacional, en sus más
vivos colores. Mucho es
de sentirse que la mano inculta del blanqueador, primero, y la
incuria, la ignorancia o indiferencia de nuestras autoridades
militares, a seguidas, no hubieran restaurado este distintivo que
tan apropiadamente cuadraba a la escueta marcialidad de nuestro
bien plantado reducto militar.

Según referencias, y de acuerdo también con los
recuerdos de mi adolescencia,
haré un recuento detallado de la ubicación de las
edificaciones de la fortaleza San Luis. A mano derecha de la
entrada: el Cuartel Largo, cerrado en su extremo Sur y abierto
hacia el Norte, que daba a la calle; seguido al Este, la
Comandancia de Armas, de galería baja, y en su interior el
cuarto oscuro, considerándose un honor el haber estado en el,
al Sur de la Comandancia, la Cárcel llamada La Rosa; entre
esta y la anterior edificación, del lado afuera,
existía un aljibe, y sobre el mismo una torre con su
campana, para dar las horas de acuerdo con el reloj pendular
colocado en el salón de la Comandancia, y seguido a la
Cárcel, el Arsenal Viejo, y entre este último y la
hilera de edificaciones situadas al Sur, había un espacio
vacío, del que se divisaba un bello panorama de los cerros
y caserío del Otro Lado (actual Bella Vista). En la
cortina Sur; el gran cuartel que incluía habitación
para el Alcaide, y otro edificio grande destinado a
cárcel, "El Clavel; en la cortina del Este y en la del
Norte existían: el cuartel dormitorio, largo y algo
estrecho, con planos inclinados de madera, que servían de
camastros a los soldados, luego venía un espacio
despejado, más al Norte, y dando frente a la actual calle
Vicente Estrella se encontraba el Cuartel de Los Músicos,
que luego fue destinado a Arsenal, y que fue destruido por una
explosión en el 1903, y por último, y
próximo a la salida, y al pié de la Torre, el
Cuartel de Las Banderas. Entre el Arsenal primitivo y La Rosa
existían una capilla para pasar su última noche los
condenados a muerte. Hemos
de creer inútil esta vieja enumeración con vistas a
ubicar los antiguos edificios, pues hay otros nombres
actualmente, otros usos, muchos de ellos ya no existen, y en
cambio, hay
otros edificios más modernos.

Origen de la
fortaleza de San Luis

Un numero significativo de nuestros historiadores sitúa
los orígenes de la fortaleza de San luis en el año
1674, cuando el gobierno de don Ignacio Zayas Bazán se
designo a don Andrés Nuñez de la Torra como alcalde
de Santiago, posición que habría aprovechado para
escribir a la corte española acerca de la importancia
estratégica y militar de esa plaza, por lo que se levanta
allí un reducto fortificado.

Otros historiadores estimas que, en realidad, esta fortaleza
existe desde principios del siglo XIX, cuando en plena Era de
Francia, por
ordenes del gobernador Jean Marie Louis Ferrand, don
Agustín Franco de Medina, alcalde de esa
demarcación, comenzó a echar la bases para un
fuerte militar, por lo que se talan árboles, se hacen
zanjas y se construyen cuarteles rústicos techados de
yagua o cana.

Según algunas fuentes
facilitada en la fortaleza nos expresan que este acontecimiento
viene a suceder entre 1804 y 1805, y con esta iniciativa se
prepara a Santiago de manera que pudiera considerarse como una
verdadera plaza fuerte a fin de que impidiera el transito de los
invasores del oeste en su marcha hacia la ciudad de Santo
Domingo.

Origen del nombre de fortaleza de San Luís

Según Franco de Medina el nombre de San Luis dados al
recinto militar santiaguense fue inspirado para honrar al rey
francés Luis XI, que es el único entre los tres San
Luis del santoral católico que, además de Santo,
era rey y guerrero.

La fortaleza de San Luis entre el
1848-1884

1884-1884

Para el 1863, en plena guerra
restauradora, las edificaciones serían más, pues en
el patio de ejercicios existía un local que hacía
las veces de cocina de las tropas que ocupaban en lugar donde hoy
está la cárcel pública. Con respecto a los
españoles, se presume que no tuvieron el tiempo material,
ni la moral, para
levantar edificaciones estables, por lo que disponen de una
hilera de ranchos cobijados de yagua que le sirven de hospital y
depósitos, que fueron destruidos por un incendio que el 6
de septiembre de 1863 destruyó el ala este, frente a lo
que es hoy el barrio Los Pepines.

Se presume que durante el gobierno de pedro Santana, en el
año 1848, en ese espacio se construyen la comandancia de
armas, el arsenal y uno que otro cuarteles y/o cárceles
denominados étincamente "La rosa " y el Clavel".

Cronología
de los hechos históricos acontecidos en la Fortaleza San
Luis

A continuación consignaré las fechas y
daré un pequeño detalle de los hechos que en ellas
tuvieron ocurrencia, y que se relacionan con la
fortaleza.    29 de Diciembre de 1821.- Juan
Nuñez Blanco, de Jacagua, prófugo de la justicia, y
quizás con miras a evadir su sanción, ante el
descuido, la indiferencia o la complicidad de las autoridades
toma la fortaleza y enarbola en ella la bandera haitiana. Este
individuo con
el nombre de jefe político de una Junta Pro-Unión a
Haití, habría de seguir gobernando hasta la
invasión de Boyer, y más tarde, fue Comandante de
Armas hasta la llegada de Herard.

6 de Marzo de 1844.- El Gral. Alexandre Morissette, Comandante
haitiano del Departamento de Santiago, abate en la fortaleza la
bandera de Haití, y se constituye prisionero de la Junta
Central Gubernativa, conduciéndole en tal calidad a la
ciudad de Sto.Dgo., el Comandante Juan Alvarez Cartagena. Al otro
día, en la Comandancia de Armas dudan acerca de la bandera
que deben enarbolar, y el Capitán Rafael Gómez, de
Gurabo, sugiere que se le ponga una cruz blanca a la bandera
haitiana.

30 de Marzo de 1844.- El Gral. Tito Salcedo, al frente de las
fuerzas cibaeñas, escalonadas como reserva, se hace cargo
de la fortaleza San Luis.

7 de Julio de 1857.- Don Benigno F. de Rojas, Don Domingo D.
Pichardo, Gral. Domingo Mallol, Pbro. Dionisio de Moya, Gral.
José D. Valverde, y otros prohombres santiagueses, en la
noche de ese día, desconocen el Gobierno del Gral.
Buenaventura Báez. Esta es la primera revolución
ideológica habida en el país, y cuyos frutos
benéficos, sin duda se hubiesen reflejado en todos los
sectores institucionales de la nación,
de no haberla frustrado por desgracia, la
contrarrevolución de Santana, quien estaba asesorado por
la camarilla de sus áulicos capitaleños.

1 de Septiembre de 1858.- El Coronel Julián
Gómez, Comandante de las fuerzas del gobierno de Valverde,
en la misma fortaleza y personalmente, se encara al Gral.
Santana, afeándole su conducta pasada.
Gómez se ve obligado a descolgarse por la parte
atrás de la fortaleza, que mira hacia el río, con
algunos soldados que le siguen, y se refugia en la Línea
Noroeste, a donde lo persigue la sala del Libertador que
armó, para ultimarlo alevosamente, el brazo de alguno de
sus partidarios.

20 de Abril de 1861.- A consecuencia del pronunciamiento de la
ciudad de Santiago, en favor de la Anexión a España, el
25 de Marzo de este mismo año, las fuerzas
españolas ocupan la fortaleza San Luis. Estas fuerzas
estaban compuestas de 4 compañías de
infantería del Regimiento la Corona, al mando del Coronel
Ramón del Portal y Santo Domingo. El desfile de estas
fuerzas de ocupación produce tal estado de
indignación en el ánimo del Gral. Domingo Mallol,
benemérito prócer separatista, que dado el estado
precario de su salud, pasa a mejor vida,
días después.

6 de Septiembre de 1863.- Incendio de la Ciudad, que comienza
en la parte Sureste, aledaña a la Fortaleza, pone en grave
a prieto a los españoles que la ocupan, ya que era tan
intenso el calor de la
conflagración que temían que se incendiase el
polvorín, y los enfermos en el Hospital sufrían lo
indecible con el calor y el humo, asfixiándose muchos,
Algunos de los techos de canas o de yaguas de los ranchos
situados en la cortina del Este comenzaban a incendiarse, por lo
que hubo la necesidad de movilizar apresuradamente los barriles
de pólvora y los hospitalizados, y llevarlos hacia el lado
opuesto, en donde había menos peligro. Unos aseguran que
el suceso fue puramente casual, obra de descuido de algunos
bebedores que se habían introducido en la tienda del
Señor Michel, otros aseguran por el contrario, que fue
ordenado por el Gral. Gaspar Polanco, como medida
estratégica, para que el humo y el calor molestaran a los
españoles, y a la postre, los obligaran a abandonar el
recinto.

13 de Septiembre de 1863.- Desocupación de la fortaleza por las
fuerzas españolas, tras un asedio de catorce días.
Estas fuerzas emprenden la retirada hacia Puerto Plata, seguidas
por varias familias dominicanas, españolizadas, y a donde
llegaron dos días después, bastante mermadas las
primeras.

10 de Octubre de 1864.- (a las doce de la noche). Se
reúnen en la fortaleza San Luis, a iniciativa del Gral.
Gaspar Polanco, varios de los hombre
más importantes de la Revolución, y desconocen la
autoridad del
Pte. Salcedo, manifestando el Gral. Polanco que el
Vice-Presidente Espaillat continuaría como tal, lo mismo
que los ministros. Seguidamente fue proclamado como Presidente
del Gobierno Provisional. A Salcedo lo suponían en
connivencia con Báez, que estaba en España,
luciendo la faja de Mariscal de Campo español, y
a quien le había escrito Salcedo varias cartas,
sugiriéndole en presencia en el país.

5 de Agosto de 1874.- El Gral. Juan Nepomuceno Nuñez,
de Jácagua, hijo de Juan Nuñez Blanco, baecista
ciento por ciento, con 50 hombres a caballo, toma la fortaleza
San Luis. Con el pretexto de libertar a su hijo, pero en realidad
para iniciar un levantamiento contra el Gobierno de
González; con tan mala fortuna, que muere en la acción.
Su hijo guarda celosamente su cadáver, prefiriendo ser
tomado nuevamente prisionero, antes que abandonarlo. Este rasgo
de devoción y de inmenso amor filial de
Juan Evangelista, es respetado por los contrarios azules, ya
victoriosos.

12 de Enero de 1878- En la madrugada de este día, los
Generales. Ramón Fabián, Leonardo Liriano
(Cañano), Coroneles Perico Pepin, Bruno Marmolejo, Polo
Balbuena, seguidos por partidarios azules de los campos vecinos,
toman por asalto la fortaleza, sorprendiendo a la
guarnición que dormía, se apoderan del parque y
ponen en libertad a los
presos políticos. Este hecho de armas obliga al Gral.
Damián Báez, Delegado del Gobierno, y al Gral. Juan
Evangelista Nuñez gobernador, y a muchos amigos de la
situación, a salir de la ciudad, a la que atacaron
diferentes veces, siendo el más fuerte de los ataques el
del 22 que duró todo el día, y en que se vieron
reducidos los revolucionarios a la fortaleza, desde la cual
rechazan a los sitiadores que no bajaban de 1500 hombres. Entre
los que se distinguieron en la defensa de la fortaleza,
además de los que se han mencionado antes, figuraron los
jóvenes Francisco José Espaillat, Sebastián
E. Valverde (Chanito) y Eliseo Morales.

13 de Julio de 1875.- En la noche de ese día fue
inaugurada con 20 alumnos la escuela de
primera enseñanza creada por el Gobierno del Gral.
González para clases y oficiales del Batallón
Yaque. Asistió el Gobernador Gral. José D.
Valverde, el Comandante de Armas y el Coronel del Batallón
Bruno Marmolejo.

8 de Mayo de 1881. Se están dando los toques finales al
Cuartel  contiguo al Arsenal, en el lado Sureste. Los
trabajos son dirigidos por el Gral. José D. Valverde.

30 de Mayo de 1884 Por iniciativa del Gobernador de la
Provincia, Gral. Remigio Batista, se comienza la
construcción del Hospital militar de la fortaleza San
Luis.

1o. de Mayo de 1886. Quedan terminados los trabajos de la
torre y montaje del reloj público. Los trabajos fueron
dirigidos por el ingeniero inglés Mr. Bultwell, el mismo
que colocó el techo en la Iglesia Parroquial Mayor, que
estaba en construcción. La torre y el reloj fueron un
regalo del Pte. Heureaux a la ciudad de Santiago.

18 de Septiembre de 1886. En la madrugada de este día,
un grupo de cerca
de 400 hombres compuesto de moyistas santiagueses y veganos
venidos del campamento de López, atacaron la fortaleza por
su parte Este, pero no pudieron tomarla, y después de una
lucha cuerpo a cuerpo de más de dos hora, fueron
derrotados poco después del amanecer, terminando la lucha
un poco más arriba de La Altagracia. Los derrotados
estaban comandados por los Grales. Chanito Valverde y Tilo
Patiño.

17 de Febrero de 1889. (Domingo de Carnaval). A las dos de la
tarde, y estando desamparada la fortaleza, un grupo de
jóvenes encabezados por Tilo Patiño, Francisco A.
Gómez, con algunos veganos, Juan Anico y Juan E.
González la asaltaron y se hicieron dueños de ella.
La mayor parte de los comprometidos de Santiago no
correspondieron, por lo que no le quedó otro recurso al
Gral. Patiño que abandonar la fortaleza cinco días
después.

4 de Septiembre de 1889.- Se reedificó el
Polvorín en la fortaleza San Luis, y se levantan bastiones
de ladrillos y piedras en sustitución de los barriles,
espeques y terraplenes que rodeaban el recinto militar.
Aún cuando estas obras se inauguraron en el 1890, quedaron
terminados totalmente en el 1895, al colocarse en la portada la
cancela de hierro y construirse los dos muros laterales de
mampostería del aproche.

22 de Mayo de 1903.- El encasquillamiento de una
cápsula en el mecanismo del revólver ametralladora
produce un disparo, el cual da de lleno sobre algunas latas de
pólvora, ocasionando la explosión de todo el
Arsenal, en momentos en que visitaba el edificio el Gral.
Dionicio Frías, Ministro de Guerra, acompañado de
varias personas. La explosión del polvorín
arrancó de cuajo el techo y maderamen
proyectándolos a varios metros de distancia, y lanzando
por el hueco dejado a varias personas de las que estaban dentro.
Resultaron de la explosión entre muertos, heridos y
lesionados 21 víctimas. Entre los muertos figuraron los
Grales. Dionisio Frías y José Pepín, que
murieron ese día.

21 de Enero de 1904. El Gral. Ramón Cáceres, al
frente de las fuerzas del Gobierno, recupera tras un combate de
12 horas la fortaleza ocupada por Don Juan Isidro Jiménez,
Jefe de la Revolución, quien tuvo que descolgarse por la
parte de atrás de dicha fortaleza, para tomar el camino de
la Línea Noroeste, y luego, el del ostracismo.

14 de Febrero de 1904. La fortaleza rechaza victoriosamente el
ataque dirigido por los Generales. Andrés Navarro, Toribio
L. García y Tomás de Jesús. La resistencia
estaba comandada por el Gral. Cáceres y las fuerzas
atacantes fueron derrotadas después de un sangriento
combate, durante el cual se habían adueñado de la
ciudad. Hubo muchos muertos y heridos de una y otra parte, y
entre las bajas de los defensores se contó la del joven
Antonio Bordas, de brillantes perspectivas.

7 de Abril de 1907. Solemne bendición e
inauguración de la Cárcel Pública,
construida por la iniciativa del Hon. Ayuntamiento de Santiago,
con miras de mejorar la condición de la penitenciaria
provincial. Después de bendecido el edificio por el Pbro.
Joaquín Rodríguez, Cura de La Altagracia, el
Señor Abelardo Viñas, Presidente del Hon.
Ayuntamiento Comunal, hizo uso de la palabra para entregar el
citado edificio al Gobierno, en manos del Sr. Miguel A,
Román hijo, Gobernador de la Provincia. Este edificio fue
habilitado el 10 de Junio de 1907.

22 de Septiembre de 1914. Después de haber resistido un
prolongado asedio, el Gral. Ml. Sánchez entrega la
fortaleza San Luis a las fuerzas Jimenistas que la sitiaban. La
guarnición se vio obligada a comer burros, caballos, gatos
y todas clases de yerbas en los días finales del asedio.
De ahí viene la denominación de come burros para
todos los que estuvieron en la fortaleza durante ese asedio.

6 de Julio de 1916. Los infantes de Marina de los Estados Unidos de
América, en número de 1500, hacen su
entrada a la fortaleza San Luis, después de ocupar varios
puntos estratégicos de la ciudad y sus alrededores. El
Gral. Desiderio Arias, Jefe de los Revolucionarios que ocupaban
la ciudad, la había abandonado desde el día
anterior, y por tal motivo los norteamericanos, la ocupan sin
disparar un tiro. En la reunión que tuvo lugar en el
salón del Ayuntamiento se había con venido por
unanimidad que la ciudad fuese ocupada pacíficamente ya
que no se contaban con recursos
bélicos de ninguna clase y en
vistas de la amenaza de bombardearla de los marinos, que estaban
a sazón acampados en Cuesta Colorada.

12 de Julio de 1924.- A la 1 p.m. fue izada en la fortaleza la
bandera Nacional, en un ambiente
saturado de verdadera unción religiosa y patriótica
del pueblo congregado en las calles que dan acceso a su entrada.
Esta bandera la regaló el Hon. Ayuntamiento y fue
confeccionada por las alumnas de la Escuela Méjico, y
socias del Club de Damas, y dirigida su confección por la
Srta. Ercilla Pepín. Este fue un acto puramente oficial,
ya que el recinto militar estaba aún ocupado por fuerzas
Norteamericanas. Al Teniente Antolín Padilla de la P.N.D.
le cupo el honor de izar dicha bandera.

30 de Julio de 1924. Desocupación total de la fortaleza
por las fuerzas Norteamericanas, las cuales tomaron el camino de
Pto. Plata y Santo Domingo, para embarcar a poco después.
La Policía Nacional Dominicana se posesionó de ella
seguidamente.

23 de Febrero de 1930. Pronunciamiento de la ciudad de
Santiago contra el Gobierno del Gral. Horacio Vázquez. La
Fortaleza correspondió buenamente al movimiento
vico y levantado de la ciudadanía santiaguesa, iniciandose
así el período actual de paz, orden, y bienestar,
antítesis de aquel sombrío del pasado, pleno de
ansiedades confusión, lágrimas y miserias.-

(+) Para el 1806 era Don Agustín Comandante del
Departamento del Cibao, nombrado por el Gral. Ferrand, Gobernador
de la Colonia. Desempeñando el cargo de Jefe de la
Municipalidad Santiaguesa, para Enero de 1802, y con la
cooperación del Obispo francés Mauvieille y Don
José del Orbe, Comandante de La Vega, decidió al
Gral. Haitiano Clerveaux la entrega pacífica de la plaza
de Santiago al Gral. Clapperede, que días antes
había desembarcado en Fort Dauphin, procedente de la
escuadra del Almirante Magón. Clapperede formaba parte de
las fuerzas de ocupación del Gral. Ferrand, y fue el
primer Comandante del Departamento del Cibao, para ese
entonces.

La Hora
Pública Santiaguesa

En días coloniales Santiago tuvo su reloj
público. Don Antonio del Monte y Tejada hace
mención de el. Era orgullo santiagués dicho
cronometro publico… que fue robado por las huestes haitianas
que, comandaba Cristóbal, un día de Carnaval de
1805: cuando el tristemente celebre "degüello de Santiago".
( Hoy, cuando se realizan trabajos en la actual iglesia catedral
se han encontrado innumeras osamentas, restos de aquella
vandálica ocasión genocida).

Por los años iniciales del decenio de 1880 "La voz de
Santiago"  un periódico
no diario santiagués, anotaba como el preso de confianza,
en la fortaleza San Luis, que se encargaba de dar la hora –
golpeando un hierro colgante con otro accionado a mano  daba
"las campanadas tan rápidamente que parecía alarma
de fuego". Es decir, Santiago de los Caballeros, carecía
de hora pública, a campanadas de reloj, para aquellos
años. (En el Archivo
Histórico de Santiago se conserva un minúsculo
cañón con el cual – se asegura – Don Furcy
Foundeur, nativo de Francia.  Lo disponía para que se
dispare justo cuando el sol alcanzaba
el cenit. Para ello colocaron una lente que concentraba los rayos
del astro rey haciendo estallar la pólvora contenida en la
pequeña pieza artillera. La detonación – el
cañonazo – anunciaba los doce meridianos con exactitud
astronómica…..siempre que no estuviera nublado.)

Corriendo los años de 1880. El Presidente Ulises
Heureaux donó un Reloj Publico a Santiago de los
Caballeros. Es decir, a su ayuntamiento. (Santiago Municipio, o
común entonces). Como tardara "bastante" el H. Cabildo
santiagués en  poner el cronometro en funciones – no
había donde colocarlo – Juan Antonio Alix escribió
unas décimas criticas que comenzaban así
"Señoi don Ayuntamiento, le mando a decí el reloj
que lo jaga de poi dio, de aliviaile su toimento". Décimas
que costaron el cantor del Yaque varios días de
prisión y cinco pesos de multa. Para 1885, Alix
volvió a inspirarse sobre el tema del reloj. Ahora lo
hacia para celebrar la generosidad de Lilís al ordenar la
construcción del Reloj Publico donado por Heureaux. El
albañil José Pepín  se encargaba de la
construcción. Planos de un extranjero. Bidwell?. Ese
reloj, donado por Lilís Heureaux, Presidente de R.D.,
tenía la particularidad de dar los cuartos y medias horas,
además de la hora completa, mediante campanadas pero, algo
mas, también, a los tres minutos de acabar de dar las
campanadas cada hora… la repetía de "de nuevo".

El Honorable Ayuntamiento se encargo de pagar a alguien para
que el reloj anduviese bien. Fue uno de los deberes de nuestro H.
Ayuntamiento.

Para 1917 – quizás por falta de mantenimiento,
pero más aun porque el reloj sólo tenía una
sola esfera, una sola cara – fue sustituido por el actual, en la
torre de la Fortaleza de San Luis. Es decir, por uno de tres
esferas o caras mostrarse a tres puntos cardinales
"distintos".

Donde fue parar el Reloj Publico de Lilís? En la
sesión del H. Ayuntamiento santiagués celebrada el
1ro. de Agosto de 1919, asistencia de los regidores Gómez,
Vice en funciones de Pte., Pastoriza, Espaillat, Paulino, Battle
y del Síndico cuyo nombre no aparece en la crónica
publicada por El Diario, se acordó "Donar a la Iglesia P.
Mayor el reloj colocado en la torre de dicha iglesia, acogiendo
la solicitud del Pbro. Eliseo Bornia A., quien se ocupara de
enviarlo a la fabrica y hacerlo arreglar, para ser colocado de
nuevo en dicha iglesia, a fin de contribuir al ornato de la
Ciudad" (Fin de la breve cita tomada del El Diario de fecha 2 de
Agosto – Sábado -  1919, Año XIII- Num.
8372.)

En el Archivo Histórico de Santiago se conserva una
foto de la Iglesia – hoy Catedral de Santiago el Mayor –
mostrarte en su campanario norte el famoso reloj de Lilís.
Su única esfera "miraba hacia el sur, hacia el Parque
Duarte.

Tras este rastreo cabe de nuevo la pregunta, Que se hizo el
reloj donado por Lilís al Ayuntamiento Santiago, donado
por éste a la Iglesia Mayor hoy Catedral?

Naturalmente, lo antes narrado sirve, sobre todo, para colocar
la ponencia relativa al arreglo, compostura del Reloj Publico de
la Torre de la Fortaleza San Luis. Cuando era Comandante del
Departamento Norte P.N. el Gral. Duvergé, él
comenzó esta urgida tarea. Podría la Jefatura
Superior de nuestra P.N. con sede en ésta lograr ese
objetivo tan
loable?

Museo Cultural de
la Fortaleza de San Luís

La fortaleza de San Luis he sido sede de las comandancias
locales y regionales del ejército y la policía.
Actualmente aloja a la segunda región militar de las
fuerzas de Armadas, la Autoridad Metropolitana de
Santiago(AMETRASAN), la dirección Nacional de Emergencias y las
reservas de las fuerzas Armadas.

En este valioso patrimonio
histórico de santiago, el Cibao y el país
están en su etapa final un arduo y exigente trabajo de
remodelación y puesta en valor,
dirigido y coordinado por el comandante de la segunda
región militar de las Fuerzas Armadas, Mayor General
Gustavo A. Gorge García, EN., para lo cual cuenta con
decidido respaldo del excelentísimo Presidente
constitucional de la
República, doctor Leonel Fernández Reyna, Jefe
supremo de las Fuerzas Armadas, del alto mando militar, de otros
estamentos estatales, privados y de la sociedad civil en
sentido general.

Gracias a este trabajo este lugar ha adquirido una apariencia
tal que impresiona gratamente a quienes se detienen a
obsérvalo y es desde ya punto de visita obligado para
estudiantes e investigadores, turistas nacionales y extranjeros y
todo el que se interesa por estos menesteres.

La reciente inauguración de estas instalaciones del
¨¨Museo Cultural Fortaleza San Luís¨¨ ha
sido creada para el rescate de nuestros valores y
cultura, como
dominicanos, así como para el enaltecimiento de la clase
pictórica e historiadores de Santiago.

Estructura de la
fortaleza de San Luis hasta el 2005

La fisionomía actual de la fortaleza San Luis data de
las dos décadas finales del siglo XIX, cuando se
construyen la torre del reloj público. En 1985, obsequio
del presidente Ulises Heureaux; se procede a la
inauguración de las dos portadas (la del norte y la del
este) y se terminó el amurallado de ladrillos que la
circunvaladaza, en 1890 (27 de febrero o 16 de Agosto).

La cencela de hierro que cierra la portada norte (la
única ahora) fue hecha y colocada en el 1895 y se
construyeron los dos muros laterales de mampostería del
aproche.

En 1907, se inaugura la cárcel pública, con
miras a mejorar las condiciones de la penitenciaria
provincial.

Durante el gobierno del presidente Ramón
Cáceres, en 1910, se hacen sustanciales reformas para
alojar a los militantes asignados a esa plaza, a las que
siguieron otras de los infantes de marina norteamericanos durante
la ocupación al país desde 1916 hasta 1924.

Durante la era de Trujillo, también se efectuaron
diversas e importantes reformas en la fortaleza.

HIPÓTESIS

La Fortaleza de San Luis es un pilarte histórico por su
trascendencia en la vida de los dominicanos.

. La Fortaleza de San Luis se ha convertido en un museo
histórico y una expresión del arte antiguo de
acuerdo a su estructura.

La fortaleza de San Luis se tiene que actualizar
realizándole cambios acorde con los tiempos.

Las autoridades competente tiene que prestar mejor apoyo al
museo histórico de la fortaleza de san Luis.

PRESUPUESTO DE INVESTIGACIÓN

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Cronograma

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Conclusión

El presente estudio de investigación tuvo como
propósito fundamental identificar la importancia
histórica de la fortaleza de san Luis por lo que se llego
a las siguientes conclusiones:

Se determinó que la fortaleza de San Luis es de vital
importancia en los diferentes valores patrios que se le inculca a
los estudiantes en los entro educativo.

Concluimos esta investigación, sobre la reseña
histórica de la Fortaleza de San Luís,
además que su trascendencia histórico esta latente
en los dominicanos que de una manera u otro nos empoderamos de la
importancia histórica de la fortaleza de san Luis amos de
su importancia, este tema fue importante porque a través
de el identificamos la importancia histórica de la
fortaleza de san Luis.

Recomendaciones

Al presentar las conclusiones del presente trabajo de
investigación tuvo como finalidad identificar la
importancia histórica de la fortaleza de San Luis, sugiere
las siguientes recomendaciones:

Que las autoridades competente gestionen actividades
educativas (conferencias, charlas, , entre otros), dirigido a los
estudiantes de los diferentes centros educativos sobre la
importancia de preservar la fortaleza de San Luis como un pilarte
histórico nacional. Que las diferentes instituciones
sociales, económicas y culturales que hacen vida en dicho
centro histórico presten sus apoyos económicos para
el mantenimiento del mismo.

Que las instituciones religiosas y culturales organicen
grupos
juveniles y deportivos en los diferentes barrios que conforman
los municipios de Mao.

Que las autoridades gubernativas y no gubernativas ofrezcan
ayuda económica y moral a las diferentes instituciones
socioculturales para que la misma desarrolle diferentes
actividades culturales dirigidas a promover los valores
históricos de la Fortaleza de San Luis.

Anexos

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Hans, V. (1975). La Pena, traducido por José
Rodríguez Devesa, Madrid:
Editora Espasa – Calpe, S. A., Tomo II.

DEDICATORIA

A Dios:

Por iluminar mi mente, por darme ideas por
guiarme y llenarme de fortaleza y grandes bendiciones.

A mi familia:

En especial a mis padres por ayudarme siempre,
por llevarme por el camino de la fé en Dios, por
inculcarme la responsabilidad como uno de mis valores
básicos, y ayudarme en todo lo que esta en su alcance.

A mis profesores de bachillerato: en
especial a Rubén Moreta Por enseñar con el ejemplo
y por hace me entender que cuando se quiere se puede, a sacar lo
mejor de mi y lo importante que puedo llegar hacer.

Gracias.

 

 

 

 

Autor:

Rubén Moreta De Los Santos

Asesores: Lic Carmen Rodríguez

Santiago,

República Dominicana

Diciembre, 2009

Universidad Tecnológica de Santiago
Utesa

Área de Ciencias y
Humanidades

Carrera de derecho

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